El intertrigo es una clase de dermatitis o inflamación de la piel causada por la fricción continua de la piel contra ella misma. El intertrigo se puede presentar en cualquier sitio donde la piel este sometida a rozamiento constante con otra superficie cutánea, pero se presenta con más frecuencia en los pliegues de la ingle, en las axilas y en la región submamaría, es decir, entre las costillas y los senos. Este trastorno es más común en climas cálidos y durante el verano.

El intertrigo aparece como un sarpullido rojo que puede ocasionar dolor y prurito. Su desarrollo es lento: empieza como una leve fisura que evoluciona poco a poco hasta que con la exposición continua a la humedad y a la fricción se convierte en una erupción persistente y pruriginosa. De vez en cuando se desarrolla una infección secundaria (por bacterias u hongos) con pústulas que exudan y luego forman costra, y que suele producir dolor y escozor severos. El intertrigo en la ingle o en los muslos puede ser tan severo que obstaculiza la movilidad del individuo.

El intertrigo afecta fundamentalmente a las mujeres obesas que perspiran profusamente. Las personas diabéticas son más propensas que las demás a contraer intertrigo e infecciones secundarias a esta enfermedad. Las personas que sufren de incontinencia urinaria también tienen un riesgo mayor de desarrollar intertrigo en el área inguinal.

Mantenga la piel limpia, seca y libre de fricción. Después de perspirar mucho, báñese inmediatamente y no se seque el cuerpo con toalla sino con aire frio utilizando un secador de cabello. Luego aplíquese talco para bebe. Haga esto varias veces al día o cuantas veces lo necesite.

No consuma azúcar ni carbohidratos refinados. Tanto las bacterias como los hongos prosperan en presencia del azúcar. Agregue a su dieta ajo y productos agrios. Así también dosis buenas de Beta carotenos, Complejo B, Zinc, Bioflavonoides y Q-10.

 

 

Phyllis A. Balch. (2000). Recetas Nutritivas que curan. New York: AVERY.