La  zanahoria, es una hortaliza que pertenece a la familia de las umbelíferas. Las zanahorias han existido desde hace muchos siglos, esa es la razón por la cual son extremadamente versátiles para comer y disponibles en casi cualquier parte del mundo.

Al vapor, hervida, cruda, cocida, licuada o simplemente fresca y a bocados, la zanahoria forma parte del grupo de alimentos con “efectos prometedores”

Beneficios

  • Más allá de su riqueza en betacaroteno, la zanahoria también provee dosis destacables de minerales como calcio, hierro, potasio, fósforo y otras vitaminas, como las B, C y D.
  • Salud de la vista: Dichos nutrientes actúan en el organismo de diversas maneras, por ejemplo, el betacaroteno actúa como un compuesto antioxidante que se transforma en vitamina A. Esta vitamina en particular, también conocida como retinol, ayuda a promover el buen funcionamiento de la retina humana. Adicionalmente, esta vitamina ayuda a ver mejor cuando hay poca luz.
  • Comerla cruda fortalece los dientes y las encías. Ingerir verduras crudas como la zanahoria mejora el riego sanguíneo bucal y evita que las bacterias se adhieran a los dientes. Además, el flúor, presente en alimentos como las zanahorias, espinacas o manzanas, es un mineral fundamental para mantener en buen estado el esmalte dental y evita la aparición de caries.
  • El consumo regular de zanahorias, ya sea en forma de ensalada, jugo o puré, aumenta el número de glóbulos rojos y la cifra de hemoglobina en la sangre, considerada esta última como una importante reguladora del equilibrio ácido del organismo.
  • Salud de la piel: Las vitaminas A, B y C, en conjunto con otros nutrientes, como los flavonoides, ayudan a que la piel tenga la capacidad de curarse con mayor facilidad en caso de lesión externa y a mantenerse sana.
  • Ayuda a combatir el estreñimiento y el dolor de estómago por intoxicación. Gracias a su alto contenido en fibra aumenta la cantidad de materia fecal y previene el estreñimiento. Además, calma las molestias gástricas y el exceso de acidez debido a sales minerales como el sodio, cloro, potasio y vitaminas del complejo B. Por ello, es un alimento muy recomendable si se padece gastritis
  • En forma de cataplasmas, las hojas de la zanahoria son magníficas para curar herpes, quemaduras, inflamaciones flemosas de los dedos, erisipelas, tumores inflamados, etc.
  • Estimulan el apetito: Las zanahorias contienen aceites esenciales, responsables de su sabor y olor, que dan ganas de comer. Por lo que están especialmente indicadas en casos de desgana o inapetencia. Una acción tónica que se ve potenciada cuando, además, se consumen fermentadas o encurtidas. En el aperitivo, estimulan las enzimas digestivas.
  • Por su elevado contenido en agua, es diurética y ayuda a la desintegración de los cálculos renales.
  • Por su alto contenido en caroteno, la zanahoria tiene el potencial de prevenir el cáncer.  El caroteno no sólo protege contra el cáncer, también protege las arterias, el sistema inmunológico y combate las infecciones. Para que el cuerpo absorba mejor el caroteno, es recomendable comer las zanahorias cocinadas en lugar de crudas.
  • Fortalece las uñas y el cabello, al que aporta brillo. Las células madre de la zanahoria son ricas en betacaroteno, también llamado provitamina A, que en el organismo se transforma en retinol o Vitamina A. Estos compuestos reparan las células dañadas por los efectos ambientales, y así fortalecen y revitalizan las uñas y el pelo. La Vitamina A ayuda en la producción de sebo, beneficioso para el cuero cabelludo.
  • El consumo de esta hortaliza influye en la calidad de la lactancia. “Por un lado, señala la experta, mejora los niveles de hierrovitamina A de las madres que están lactando. Es muy frecuente que en esta etapa, como en el embarazo, las mujeres puedan tener déficit de estos oligoelementos”. ¿Cómo tomarla? Mejor cruda, es rica en vitamina C, y en compañía de alimentos que aporten buenas cantidades de hierro, como unas lentejas o un filete de ternera.