La epilepsia es una enfermedad que se caracteriza por convulsiones recurrentes provocadas por alteraciones eléctricas de las células nerviosas de determinada área del cerebro. En el 75% de los casos las convulsiones empiezan a presentarse en la infancia y se caracterizan por ausencia mental con mirada fija y vacía durante unos 4 segundos. El 25% restante, las convulsiones aparecen más tarde en la vida. La causa de la mayoría de los casos de epilepsia es desconocida. Se considera que la enfermedad es hereditaria; no obstante, en la mayoría de los casos la predisposición genética al parecer no es la única causa de la enfermedad. Es probable que otros factores, como falta de oxígeno durante el parto o lesión en la cabeza posteriormente, también influyan.

Las convulsiones epilépticas pueden presentarse sin razón aparente, o pueden ser desencadenadas por una gran variedad de circunstancias, como exposición a un alérgeno, retiro de un medicamento o del alcohol, fiebre, luz intermitente, hambre, hipoglicemia, infección, falta de sueño, desequilibrios metabólicos o nutricionales, o trauma, especialmente en la cabeza. La causa más común de las convulsiones es la epilepsia. Esta enfermedad ataca a 1 de cada 100 personas.

Entre las distintas clases de convulsiones están las siguientes:

  • Ausencia (pequeño mal). Esta clase de convulsiones se presentan con mayor frecuencia en los niños. Su peculiaridad es una mirada inexpresiva que dura alrededor de medio minuto; la persona parece estar soñando despierta. Durante este tipo de convulsiones, el individuo no tiene consciencia de lo que lo rodea.
  • Atónica (con caída). Estas convulsiones son frecuentes en la infancia. El niño pierde el conocimiento durante unos 10 segundos y generalmente se cae porque pierde completamente el tono muscular.
  • Parcial compleja (lóbulo temporal). Las características de esta clase de convulsiones son una mirada vacía e inexpresiva, actividad sin orden ni conocimiento y movimientos de masticación. La persona que presenta esta clase de convulsiones se ve atontada y ajena a lo que la rodea, y puede actuar de manera extraña. Posteriormente no recuerda el episodio. No es raro experimentar antes de esta clase de convulsiones una señal característica de advertencia, llamada aura. El aura es, en sí misma, una convulsión parcial con la característica de que el individuo conserva la consciencia. El aura se suele experimentar como un sonido, un olor peculiar o “mariposas” en el estómago.
  • Generalizada tónica-crónica (gran mal). Las características de esta clase de convulsiones son gritos súbitos, caída, rigidez muscular y sacudidas involuntarias de los músculos, respiración superficial y piel azulada. También es posible perder el control de la vejiga. El episodio suele durar entre 2 y 5 minutos, y va seguido de confusión, fatiga y/o pérdida de memoria. Presenciar un episodio de estos es una experiencia aterradora, especialmente la primera vez.
  • Mioclonica. Se caracteriza por la presencia de contracciones musculares masivas, breves e involuntarias.
  • Parcial simple (jacksoniana). Las sacudidas o contracciones empiezan en los dedos de las manos y de los pies y van ascendiendo por todo el cuerpo. La persona permanece consciente.
  • Parcial simple (sensorial). En este tipo de convulsión la persona puede ver, oír o percibir cosas que no existen. En algunas ocasiones es síntoma preliminar de una convulsión generalizada.

La epilepsia no es la única causa de las convulsiones. Otros factores también pueden producirlas, como alcalosis, abuso del alcohol, arteriosclerosis, trastornos cerebrales (por ejemplo, tumor cerebral, encefalitis, meningitis o accidente cardiovascular), fiebre alta (especialmente en los niños), utilización de drogas, formación de tejido cicatricial como resultado de una lesión ocular o de un ataque cerebral, falta de oxígeno y espasmos de los vasos sanguíneos.

Haga comidas pequeñas, incluya en su dieta hojas de betabel, acelga, huevos, vegetales hojosos de color verde, queso crudo, leche, nueces, semillas y soya. Por su alta concentración de nutrientes, tome jugos frescos de betabel, zanahoria, frijol verde, guisantes y uvas rojas. Consuma productos lácteos agrios como yogur. Agregue dosis de Complejo B, Niacina, B6, B12, Pantoténico, Magnesio, Calcio, Zinc, Q10, Melatonina, Vitamina A, Vitamina C, Vitamina E y Bioflavonoides

Evite las bebidas alcohólicas, la proteína de origen animal, los alimentos fritos, los endulcolorantes artificiales, la cafeína y la nicotina. Evite también los alimentos y el azúcar refinados.

 

 

Recetas nutritivas que curan. (2000). En Epilepsia (2.a ed.). Phyllis A. Balch.