Fibromialgia

La fibromialgia es una enfermedad reumática que se caracteriza por dolor muscular crónico sin una causa física clara. Suele afectar a la parte baja de la espalda, el cuello, los hombros, la parte posterior de la cabeza, la parte superior del pecho y/o los muslos, aunque puede afectar a cualquier parte del cuerpo. Las personas que sufren de fibromialgia dicen que sienten un dolor palpitante, quemante, punzante. El dolor y la rigidez son más pronunciados en horas de la mañana, y pueden ir acompañados de dolor de cabeza crónico, sensaciones extrañas en la piel, insomnio, síndrome de intestino irritable y TMD (síndrome de la articulación temporomandibular). Los pacientes pueden experimentar otros síntomas, como síndrome premenstrual, periodos menstruales dolorosos, ansiedad, palpitaciones, alteración de la memoria, vejiga irritable, sensibilidad cutánea, sequedad de los ojos y la boca, necesidad frecuente de cambiar la fórmula de sus lentes, vahídos y deterioro de la coordinación. Actividades como levantar objetos y subir escaleras se vuelven difíciles y dolorosas. La depresión suele formar parte del cuadro. Sin embargo, el rasgo más característico de la fibromialgia es la presencia de “puntos especialmente sensibles al tacto”. Se trata de nueve pares de puntos específicos donde los músculos presentan una sensibilidad anormal al tacto:

  • La vertebra inferior del cuello.
  • La inserción de la segunda costilla.
  • La parte superior del fémur.
  • El centro de la articulación de la rodilla.
  • Los músculos del cuello y de la parte superior de la espalda.
  • Los músculos conectados a la base del cráneo.
  • Los músculos del centro de la espalda.
  • Los lados del codo.
  • Los músculos superiores y exteriores de los glúteos.

La mayoría de las personas que sufren de fibromialgia también tienen problemas de sueño conocido como  Alpha-EEG anormal, que consiste en que los periodos del sueño profundo son interrumpidos por lapsos de actividad cerebral similar a la de las horas de vigilia, lo que significa que la persona duerme mal. Algunos pacientes de fibromialgia sufren de otros trastornos del sueño, como apnea del sueño, movimientos involuntarios de las piernas, bruxismo y mioclonia del sueño (contracciones abruptas y rápidas de un musculo o grupo muscular durante el sueño o cuando la persona se está quedando dormida). Por tanto, no debe sorprender que tantas dificultades para dormir hagan que la gente que sufre de fibromialgia también sufra de fatiga crónica, que puede ser desde leve hasta incapacitante.

Este problema de salud es mucho más común en las mujeres que en los hombres, y suele comenzar al principio de la edad adulta. En la mayor parte de los casos, los síntomas se presentan poco a poco y su intensidad va aumentando lentamente. Diversos factores pueden precipitar o empeorar los síntomas, como ejercicio vigoroso o falta de ejercicio, estrés, ansiedad, depresión, falta de sueño, trauma, temperaturas extremas y/o humedad, y enfermedades infecciosas. En la mayoría de los casos, los síntomas son tan severos que interfieren las actividades cotidianas. La fibromialgia incapacita a un número significativo de pacientes.

La causa o las causas de la fibromialgia no se conocen. Hay motivos para creer que el sistema inmunológico influye en esta enfermedad.  Sin embargo, su relación con esta enfermedad no se ha llegado a comprender a cabalidad. Una alteración de la química cerebral también podría incidir; mucha gente que desarrolla fibromialgia tiene antecedentes de depresión clínica. Otras posibles causas pueden ser infección por el virus de Epstein-Barr (EBV), infección por el virus que produce mononucleosis infecciosa o infección por el hongo Candida albicans. El envenenamiento crónico con mercurio por las amalgamas dentales, la anemia, los parásitos, la hipoglicemia y el hipotiroidismo también podrían relacionarse con la causa de la fibromialgia.

Debido a que las personas que sufren de fibromialgia presentan con frecuencia problemas de absorción de los nutrientes, sus requerimientos de todos los suplementos nutricionales son superiores a lo normal, tales como: Q-10, Complejo B, Vitaminas A, E y C, B12, B6, Calcio, Potasio, Selenio, Zinc y Bioflavonoides. Las personas que sufren de dolor crónico, especialmente las que tienen fibromialgia y síndrome de fatiga crónica, tienden a presentar deficiencia de magnesio.

Haga una dieta bien balanceada que conste de alimentos crudos y jugos frescos en un 50%. La dieta debe consistir más que todo en vegetales, frutas, granos enteros (especialmente arroz integral), nueces crudas y semillas, pavo o pollo sin piel, y pescado de aguas profundas. Estos alimentos de alta calidad suministran nutrientes que renuevan la energía y fortalece el sistema inmunológico. Beba abundantes líquidos para eliminar del organismo las toxinas. Las mejores opciones son agua destilada al vapor y tés de hierbas. Los jugos frescos de vegetales aportan vitaminas y minerales necesarios.

Limite su consumo de pimientos, berenjena, tomate y papa blanca. Estos alimentos contienen solanina, que interfiere la actividad de las enzimas en los músculos y puede ocasionar dolor y malestar. No consuma carne, productos lácteos ni alimentos ricos en grasas saturadas. Las grasas saturadas elevan el colesterol y afectan la circulación. Evite la cafeína, el alcohol y el azúcar.

 

Phyllis A. Balch. (2000). Recetas Nutritivas que Curan. New York: AVERY.

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