Los problemas de crecimiento habitualmente se presentan cuando la glándula pituitaria no funciona como debería hacerlo. Esta glándula distribuye las  hormonas, incluida la hormona del crecimiento somatotropina, a diversas partes del organismo. La somatotropina estimula el crecimiento de los músculos y de los huesos en los niños que están en pleno proceso de crecimiento.

Tanto la producción excesiva como la producción insuficiente de esta hormona ocasionan defectos de crecimiento. Mientras que una secreción muy escasa de la hormona del crecimiento por parte de la glándula pituitaria produce enanismo, la secreción de demasiada hormona hace que el cuerpo crezca de manera exagerada, lo que se manifiesta en manos, pies y mandíbulas anormalmente grandes. Algunos casos de disfunción pituitaria se deben al desarrollo de un tumor en esa glándula.

Hay problemas de crecimiento cuya causa es el mal funcionamiento de la glándula tiroides. El timo – Otra glándula – también puede intervenir en este tipo de problemas. Cuando el  timo no funciona adecuadamente en un niño pequeño, el desarrollo se retrasa y el niño se vuelve más susceptible  de lo normal a contraer infecciones. La nutrición también desempeña un papel importante en el crecimiento y en el desarrollo de los niños.

Haga una dieta bien balanceada y rica en fuentes sanas de proteína. La proteína se requiere para el crecimiento. Incluya a su dieta alimentos con alto contenido del aminoácido arginina. El organismo utiliza arginina para sintetizar ornitina, otro aminoácido, que promueve la liberación de la hormona del crecimiento. Buena fuente de arginina son coco, productos lácteos, gelatina, maní y soya. Además de añadir buenas dosis de Zinc, Calcio, Magnesio, vitaminas del grupo B, B6 y lisina.

Una enfermedad por carencia de proteínas y calorías que hace que los niños crezcan lentamente y sean muy poco resistentes a las enfermedades  es kwashiorkor. Esta enfermedad se presenta con más frecuencia entre personas muy pobres de países en vía de desarrollo. Sin embargo, se puede presentar en cualquier parte del mundo cuando los requerimientos proteínicos y/o calóricos del niño no se satisfacen durante un tiempo. Cuando se detecta en sus inicios, en una enfermedad tratable. Los  síndromes de mal absorción, como el que se relaciona con la enfermedad celiaca, pueden ocasionar problemas similares aun cuando la ingesta nutricional al parecer es adecuada.

Phyllis A Balch. (2000). Recetas nutritivas que curan. New York: Avery.