También llamada Parrocha o Souba. Junto con el atún, el bonito, el salmón y el boquerón, las sardinas son uno de los pescados azules más populares y consumidos. Es un pescado azul y de agua salada, uno de los tipos de alimentos con más omega 3, dentro del cual destacan las sardinas por tratarse de la variedad más saludable debido a la cantidad de proteínas y minerales que contienen.
Entre las vitaminas se encuentran algunas del grupo B como la B12, B1 o Niacina, contiene también cantidades significativas de vitaminas liposolubles como A, D y E. En cuanto a los minerales, la sardina contiene fósforo, magnesio, potasio, hierro, zinc y yodo.
Beneficios
- La alta cantidad de vitamina B12 puede beneficiar a la salud de las mujeres que se encuentren en pleno periodo de gestación o incluso, a los bebés lactantes. Además, esta vitamina también beneficia a aquellas personas que sufren problemas estomacales.
- Aumenta la fluidez de la sangre, lo que disminuye el riesgo de arteroesclerosis y trombosis.
- Su vitamina B6 es un potente aliado para prevenir y combatir las dolencias cardiacas. La cantidad de Omega 3 que contienen las sardinas mantiene a raya el colesterol y los triglicéridos aumentando la fluidez de la sangre.
- Las vitaminas del grupo B encontradas en la sardina, permiten el aprovechamiento de los nutrientes energéticos (hidratos de carbono, grasas y proteínas) e intervienen en numerosos procesos de gran importancia como la formación de glóbulos rojos, la síntesis de material genético, la producción de hormonas sexuales, etc.
- Su contenido en vitamina A contribuye al mantenimiento, crecimiento y reparación de las mucosas, piel y otros tejidos del cuerpo.
- Tienen un efecto antiinflamatorio gracias al equilibrio saludable entre grasas omega 3 y omega 6, de forma que es ideal para calmar la inflamación como consecuencia de golpes o heridas, pero también para rebajar la inflamación crónica provocada por patologías como la diabetes o la artritis reumatoide.
- Favorece la resistencia frente a las infecciones, es de gran ayuda para el desarrollo del sistema nervioso y para la visión nocturna.
- Este tipo de pescado es rico en magnesio, lo que estimula el funcionamiento de los huesos y los músculos al mismo tiempo que aportan energía al organismo.
- Por su parte, la vitamina D contenida en la sardina favorece la absorción de calcio y su fijación al hueso, también regula el nivel de calcio en la sangre.
- El fósforo de la sardina es asimilado por los huesos y dientes, influye en el sistema nervioso y en la actividad muscular, participa además en procesos de obtención de energía.
- El selenio de las sardinas actúa de fotoprotector cutáneo y mejora los síntomas dermatológicos de la psoriasis y el eczema. Una vez más, el omega 3 otorga otro beneficio, en este caso favorece la regeneración celular y retrasa las consecuencias del paso del tiempo en la piel.
- El hierro interviene en la formación de hemoglobina, proteína que transporta el oxígeno desde los pulmones a todas las células y su aporte adecuado previene la anemia ferropénica.
- Estudios recientes se han enfocado en el impacto de los omega 3 en la salud mental, particularmente en la EPA, y concluyen que estas grasas esenciales pueden desempeñar un papel vital en aumentar el estado de ánimo y mantener una función cerebral saludable, ayudándote a vencer la depresión. El cerebro en sí mismo se compone de aproximadamente 60% de grasa, por lo que obtener la proporción correcta de ácidos grasos es crucial para la función del sistema nervioso central y su estado de ánimo general.
- El contenido en yodo de la sardina, es indispensable para el buen funcionamiento de la glándula tiroides que regula numerosas funciones metabólicas, así como el crecimiento del feto (en casos de embarazo) y el desarrollo de su cerebro.
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